Dime mil mentiras que me sepan a gloria,
inventa tus excusas y duérmeme con tus historias,
se que cada beso lleva veneno y me muero.
Lo siento, en serio, pero haya voy de nuevo,
que ellos me lo advierten y yo me vuelvo sordo,
que se que cualquier hombre para ti es un estorbo
y se que no es tu culpa, que con eso creciste
y estas malas artes son las que aprendiste.
A cambio estoy yo aquí con mis sueños idiotas,
mis labios ardientes, mi pecho que explota.
Y es que me encanta saber
que no he perdido la capacidad de querer,
luego de tantas heridas, de tantas batallas,
de tanta falsa que me hizo caer.
Adoro este interludio y el secreto a suponer;
que nadie nos vea, que no nos descubran,
que la luna se calle, que el cielo nos cubra...
Besame bajo la sombra que el tiempo nos sobra...
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