Sin una sonrisa, prende un cigarro y apura el vaso. La mirada hacia un infinito tan cercano que palparlo era tan sencillo como estirar la mano.
Perdonara la brutalidad con que en este cuaderno se habla, pero aquí no estamos para lenguas que se traban. Pasamos de ser modelos de poetas caza niñas para ser el molde de alcohólicos espanta guapas. Si nuestro estilo se desalinea es que estamos escribiendo las líneas de nuevos mapas. No escribiré nada que cause una sonrisa permanente hasta que esa boca suya acepte que le gusta matar lentamente. No es mi intención enamorarle cuando escribo, por eso de repente corto de tajo las rosas y le retiro el piso, aquí no se camina sobre nubes sino sobre concreto con olor a azufre, meados y lágrimas por sueños de opio, tanto de sacos ajenos como propios. Mi estilo cambio con ella y deje de escribir sobre lo que quiero para escribir sobre lo que es.
Perdone por el mal tiempo, pero si siente que llueve es por que llueve, ¿esta bien?
Perdone por el mal tiempo, pero si siente que llueve es por que llueve, ¿esta bien?
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