Sol y locos.

Voy a hablarte de tertulia, de amor y sus pies.
Sus pies, no me gustaban sus pies.
Sus pies...

"Entre mas bonitas las manos mas largos los cuernos", platicaba con un testigo
y sus manos, amigo, eran tan bonitas como las manos pueden serlo.
Su piel era arena, su piel era abrigo sobre la arena en fuego de un atardecer en Cozumel.
Su piel era arena de un torbellino; era el ojo, la tormenta, ella me enseño a doler.
Tenía la mirada mala; me dijo otro, haberle hecho caso hubiera sentado bien,
aunque es fútil imaginar hubieras pero si solo no me hubiera enamorado a sus pies...

Toco en balde, toco gratis, toco en el mismo parque a las tres, cuento cada punto y cuento cada seis.
Cuantos puntos iguales cuento con este toc que vuelve peor cada mes.
Tengo fantasmas de su olor rancio, fatiga de mentiras y un amigo en el estrés,
salimos cada día y volvemos al son, son mas de las doce y estoy divagando otra vez,
No hay sorpresas, soy solo lo que ves, soy lo que jure al viento en algún momento ser.
Soy las ruinas del altar a su pies...

Me gustaban las tardes de su pelo, su boca y esa lengua que me juraba fe.
No me gustaba su olor cuando gemía, ni sus mentiras, odiaba su anochecer.
Odie su ultima yo, su capricho inhabitable y su forma de querer.
Quizá la ame.
Así de corta la frase por que así de corto... fue.
Se me acaba la hoja, siempre fuera de Kasa y necesitaría otra hoja para hablarte de sus pies.