ADIOS.

Si yo me invente este cuento, si yo solo me metí en este callejón sin salida.

Si yo solo me adentre en tu reino helado y bajo pretextos olvidados,

rescate maneras y sonrisas para seguir escribiendo de ti apologías.

Hoy muerto de frío, tras aguantarte tus inviernos y deseos apagados,

Después de mil maneras de hacerte sonreír de veras y jurarte frente al cielo,

que me muero y me desvelo, que me duele aunque no gima,

que me encantas reina mía y por eso sigo en este ártico de mala fama,

bajo tus ojos como luceros y tu indiferencia como cortina... ni te imaginas.

Ni te imaginas que cada peso gastado lo gaste con gusto,

cada esfuerzo dado para darte gusto y hacerte sonreír, y esa noche...

Esa vez que brinque mas alto, que casi todo el cielo, que se me escapo de las manos.

Esa noche yo lo deje ir, no quise ser lo mismo, no quise empezar la historia de esa manera,

no me deje llevar, me contuve de besar esa aboca que es mi religión y mi sendero,

me contuve de apretar tu boca contra la mía y rezarte mil te quieros...

Pero hoy mi vida ya estoy cansado, si esto no va hacia ningún lado,

si tu te irías conmigo solo por no tener con quien viajar,

si soy tu pasatiempo y no el juego completo, si te sobran las manías

y a mi me faltan los trucos. Si este ilusionista ya no te sorprende

y, si a ella y a mi se nos acaban las excusas, y si tu eres la mas grande,

¿que harías tu en mi lugar?