DE GATOS Y CHIMPANCES.

 Aunque venimos a coincidir justamente ahora, a manos de un junio que se antoja para devorarse cada hora. Contarle que me siento cómodo en el balcón de sus labios y abrazados me siento seguro,  señora. Que escribirle es prematuro pero si dibuja una sonrisa vale la pena el riesgo que se corra. Que si compaginamos su orden con mi caos llegara tarde la hora y si mis gustos son tus gustos, darle gusto al gusto de estar juntos y ya, bueno y punto. Pero, y siempre viene un pero, mis cicatrices me advierten de nunca ser una carga para nadie de nuevo, decirle que soy instructor de vuelos retirado y un ex alcohólico desorientado, comienzo una nueva etapa. Sin puta idea de que vaya a pasar conmigo, sabiendo que me gusta estar contigo pero no a costa de un problema, ya que antes de todo soy su amigo.  Y eso es lo mejor sobrevivir a base de sonrisas y besos, al cabo el dinero vendrá solito, tenemos algo que se llama talento y a eso le llamo vivir bonito. Y no, no encuentro el final que quiero darle, todo lo que escribo lo termino como si fuera lindo y todo lo que pienso acaba bien pero... sé que hay un pero solo que me gustas tanto.