Y el tiempo se deshizo en ese parque, en esa banda donde te espere alguna vez,
se nos fueron los sueños atados a las alas de las palomas que no nos volverán a ver,
el pavimento se enfriara cariño, nuestros pasos ya no lo calentaran del frío,
veo derretirse las promesas de esa tarde, los besos que nos dimos y promesas que hicimos,
se nos van las horas discutiendo por todos los errores cometidos y fracasos omitidos,
y se me queda la vida viendo partir fantasmas, en vez de retenerlos entre besos y miradas;
adiós, adiós, a otra ingrata esperanza; adiós, adiós no es tu culpa, es mi alma aterrada.
Ya tendrás alguien mas, alguien que te sepa amar, sin tantos complejos y manías,
ya conocerás a ese príncipe azul, ese caballero andante del que me decías...
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