PRIMER CARTA.

No se escribir misivas con mensajes apremiantes, solo se escribir de lo que me gusta y me gustas, como se gustaban antes; como cantaban los bardos y bohemios locos, como los cuentos de amor que se escriben con hechos, no con plumas; de esos cuentos de los quedan demasiado pocos. Se decirte promesas como también mentiras, prometerte para "siempres" y amores que no expiran pero deje de ser un embustero, un hechicero encantador de señoritas como me describieron, para a tu pesar convertirme en un alcohólico errante, un escritor de quinta, un artista vicioso filofóbico y anacoreta, que enfrenta a sus demonios para convivir con tus duendes, aunque seas de la filosofía de "de lejos mejor" mejor hablar de dos pero como quiera usted mademoiselle por mi c'est tres bien mientras que usted se encuentre bien. Bástame, con una sonrisa de esas tuyas que haga metástasis y me llene de paz, como la voz de Dido, como el mar tranquilo y los castillos en el aire desde los que te escribo. Contarte que no se escribir como escriben con los que convivo. ¿Contarte de mi vida? Prefiero hacerlo al oído. ¿Contarte de mis planes? Prefiero vivirlos contigo. ¿Contarte de lo bueno que me ha pasado? Prefiero hacerte vivir todo lo bueno que no te ha pasado y lo demás al olvido, y así sigo, diciéndote que para mi tu nombre es palíndromo "me siento vivo".