Es indudablemente raro que el mayor miedo de este temerario, sea un pedazo de tela que cuelga del cuello de algún tipo con look funerario, son risibles las razones para el foro aquí reunido, no hay ninguna duda.
Ve caminar a su lado todos los días a la mayor de sus fobias, se imagina de corbata y de traje dando algún discurso enfrente de algunos muertos, usando la retorica, no en poemas sino en chantajes para cobrar unos millones, arrastrándose a los pies de algunos dólares con zapatos italianos, mendigando en su porche el siguiente contrato de siete ceros, con los ojos rojos y la garganta anudada sale de su ensimismamiento.
Entre versos de Neruda y un saxofón de fondo, en aquella esquina oscura en este cuarto de musas y tertulias, habita un extranjero que cobra su hospedaje, que rapta las razones, que viola los ideales, que observa risueño los discursos adolecentes y las arrebatos revolucionarios.
Les contesto amigos míos, ex amores y mi amor, que no es a volverme rico a lo que le temo, sino a este cambio radical que ocurre poco a poco; que si bien ya he cambiado mi visión tan humanista y me he vuelto un misántropo anacoreta tan gruñón, que si ya no siento lastima por los pobres sino un asco inmensurable de esos que bajan la mirada, pues si yo mismo soy pobre y aun levanto la cabeza con orgullo veterano, que si miro a los revolucionarios activistas con tristeza, sabiendo que nada sirve para el cambio, ya casi derrotado y aplastado por realidades tan perversas. Si bien ya casi no queda ni la sombra de aquel muchacho risueño, cantando canciones de protesta y pintando las paredes por la rabia contenida. Que si bien ya no protesto contra el gobierno y omito mi opinión para el estado, reusando los debates y discusiones pues veo tan derrotado. Si bien ya no levanto el puño, aun empuño esta pluma dando versos con rabia, escribiendo con el alma, enamorándome sin miedo hasta donde el miedo lo permite, si sigo con mi barba larga y mi look desalineado, si voy en contra de la demanda y a vísperas de mi graduación rechazo el título de licenciado y más aun de abogado. Sigo acuñando frases de Zapata, ideales del Che, esperanza de púberto, ideas de adolecente y lo prometo... que cierta de fe de infante. Atesoro el arte que sale de mis manos, no por pensarle bueno sino por pensarle necesario. Única salvación para ese destino tan cercano, esa mano fría que me roza cada día de 3 a 10 y a veces de 11 a 4…
Ve caminar a su lado todos los días a la mayor de sus fobias, se imagina de corbata y de traje dando algún discurso enfrente de algunos muertos, usando la retorica, no en poemas sino en chantajes para cobrar unos millones, arrastrándose a los pies de algunos dólares con zapatos italianos, mendigando en su porche el siguiente contrato de siete ceros, con los ojos rojos y la garganta anudada sale de su ensimismamiento.
Entre versos de Neruda y un saxofón de fondo, en aquella esquina oscura en este cuarto de musas y tertulias, habita un extranjero que cobra su hospedaje, que rapta las razones, que viola los ideales, que observa risueño los discursos adolecentes y las arrebatos revolucionarios.
Les contesto amigos míos, ex amores y mi amor, que no es a volverme rico a lo que le temo, sino a este cambio radical que ocurre poco a poco; que si bien ya he cambiado mi visión tan humanista y me he vuelto un misántropo anacoreta tan gruñón, que si ya no siento lastima por los pobres sino un asco inmensurable de esos que bajan la mirada, pues si yo mismo soy pobre y aun levanto la cabeza con orgullo veterano, que si miro a los revolucionarios activistas con tristeza, sabiendo que nada sirve para el cambio, ya casi derrotado y aplastado por realidades tan perversas. Si bien ya casi no queda ni la sombra de aquel muchacho risueño, cantando canciones de protesta y pintando las paredes por la rabia contenida. Que si bien ya no protesto contra el gobierno y omito mi opinión para el estado, reusando los debates y discusiones pues veo tan derrotado. Si bien ya no levanto el puño, aun empuño esta pluma dando versos con rabia, escribiendo con el alma, enamorándome sin miedo hasta donde el miedo lo permite, si sigo con mi barba larga y mi look desalineado, si voy en contra de la demanda y a vísperas de mi graduación rechazo el título de licenciado y más aun de abogado. Sigo acuñando frases de Zapata, ideales del Che, esperanza de púberto, ideas de adolecente y lo prometo... que cierta de fe de infante. Atesoro el arte que sale de mis manos, no por pensarle bueno sino por pensarle necesario. Única salvación para ese destino tan cercano, esa mano fría que me roza cada día de 3 a 10 y a veces de 11 a 4…
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