Yo puedo se decía. Y el mundo comenzaba a desmoronarse sobre de el. Yo puedo repetía y el llanto cada día mas a flor de piel. Yo puedo escuchaba como eco en su cabeza, saco los dientes y golpeo por instinto. El y su juego de mascaras. Yo puedo gritaba y el viento le escupía de regreso, y el cielo tronaba y la tierra se abría. Y lloraba, pero a solas, cuando ningún hijo de puta podía verlo. Yo puedo, mentía.
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