VERDAD, BENDITO PECADO.

-Dime, ¿que podemos perder?
-Jajajaja. Detente un poco guapo. La verdad es que no tienes nada para ofrecerme. Si me caes muy bien y eres bastante atractivo, tienes una boca muy besable, ¿sabes?

-Gracias.

-Pero...me ofreces un presente tan incierto, que no quiero imaginar tu futuro. Tu trabajo ocasional te ha dejado al borde de no pagar la hipoteca varios meses y aun cuando la pagas a tiempo, sacrificas comer bien. Mira es increíble que hayas sacrificado tanto por tu sueño pero, es tu sueño, no el mio. Y si, es tu pobreza no la mía. Mejor quedamos como una aventura linda, ¿te parece? algo para recordar toda la vida.

-Si, claro. ¿Porque no? -Silenciosamente el se guardo la vida que estaba por ofrecerle a ella, en el bolsillo posterior de su pantalón. Donde la cartera atiborrada de tarjetas de crédito al tope estaba, donde el vacío sepulcral hacia gala denotando la ausencia de algunos billetes. Ella tenia razón.