El trabajo de un escritor no se basa solamente en escribir, de hecho, esa es
la parte más fácil.
El trabajo de un escritor se basa en hacer de su vida, su mejor obra, su
best seller definitivo. Buscar drama y flagelarse de las maneras más
imaginativas posibles. Enamorarse de las formas más inverosímiles de las
personas más inalcanzables o incluso más fáciles, esto último añadiría un toque
apocalíptico a la busca. Encontrar escenarios atípicos, situaciones extrañas y
peligrosas para su propia integridad. Transformaciones imposibles y cambios
insospechados. Amistades ridículas. Noches de fiesta para observar a la fauna
de su selva y noches de misantropía para entender a la flora de su cuerpo.
El trabajo de un escritor, que parece que nunca se hace nada, consiste
precisamente en todo lo contrario. El trabajo de un escritor no se basa en una
jornada laboral de ocho horas, sino en una vitalicia de 24 horas, siete días de
la semana, 28, 29, 30 o 31 según el caso del mes y 365 o 366 días del año. El
trabajo de un escritor se basa fundamentalmente en vivir, cosa que no a todos
se les da.
1 comentario:
y que bello es
Publicar un comentario