Tengo a la felicidad encerrada en esos ojos, a las horas de
mi locura justo cuando duermes y no eres mía. Ahí es cuando eres mi mayor
antojo. Rosando lo letal y lo inocuo, tocando el demasiado y el demasiado poco,
te quiero, ¿me quieres? Si, pero solo si es como yo quiero.
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