OYE.

Estoy aprendiendo corazón por favor tenme paciencia. Este tonto celo típico se sobrepone a su estado y voy a confesarte que si te presumo es para yo mismo aceptarlo, y es que me cuesta si se que te besan otros labios pero entiendo, que esos labios te llenan de maneras que no puedo. Oye corazón, nativa de Mogador y sus jardines, adicta de la pasión y los sueños sexuales de quienes trabajan con seda y de quienes vivimos de los adoquines. Pasos en una frontera que no entiendo, mirándote con admiración mientras mis prejuicios se deshacen y mi mente se va abriendo. Al saber que eres valiente y que miras al frente donde otros se esconden para siempre. En verdad, tengo que contarte que te miro con miedo, orgullo y resignación. Me siento como un espectador en la línea divisoria de dos mundos, como un miserable cuerdo frente a un loco vagabundo. Mira princesita, tendrás que entender si este artista barato parece vacilante en el querer que de sentimientos hacia ti, no se trata, eso que te quede claro, que te quiero, me gustas y me encantas. Así solo se trata, de desbaratar mis miedos, que aunque soy habitante de tu mundo sigo prisionero de este otro donde el alma no es tan libre y las personas ocultan sus verdades tras de mascaras que llaman rostros.