-Es hora de usar la artillería pesada soldado.
Dijo con aires de grandeza, una determinación férrea y se le notaba en los ojos el echo de que estaba dispuesto a usarla.
-Si señor, es hora, pero, ya la usamos hace un rato, de echo, hemos sido derrotados, estamos atrincherados en un hoyo improvisado que usamos como bunquer, no tenemos armas ni manera de comunicarnos con la base y afuera, hay trescientos soldados dispuestos a esperar 70 días y 70 noches hasta que se nos acabe la comida, que ya se nos acabo, y el aire, que no tarda en agotarse, y aparte, solo somo dos.
-Bueno, en ese caso, tome su cuchillo soldado, si de esos trescientos hombre quedan mas de dos vivos antes de morir nosotros, yo mismo lo mutilare cuando lleguemos al infierno.
-Si señor, estoy listo.
Dijo con aires de grandeza, una determinación férrea y se le notaba en los ojos el echo de que estaba dispuesto a usarla.
-Si señor, es hora, pero, ya la usamos hace un rato, de echo, hemos sido derrotados, estamos atrincherados en un hoyo improvisado que usamos como bunquer, no tenemos armas ni manera de comunicarnos con la base y afuera, hay trescientos soldados dispuestos a esperar 70 días y 70 noches hasta que se nos acabe la comida, que ya se nos acabo, y el aire, que no tarda en agotarse, y aparte, solo somo dos.
-Bueno, en ese caso, tome su cuchillo soldado, si de esos trescientos hombre quedan mas de dos vivos antes de morir nosotros, yo mismo lo mutilare cuando lleguemos al infierno.
-Si señor, estoy listo.
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