Primer sorbo, diez tras de las seis,
mi suelo es tan inocuo, ¡hay, este cielo tan francés!
El estrés en mi tez se muere en este café.
¿Mi mujer? Se fue, como la lluvia se fue.
¿Es mejor? Si lo es, estoy mejor,
tanto, como lo estuve en aquel ayer,
pero no ese inmediato, no, ese antes de...
Ellas, siguen siendo solo dos,
soy esclavo de mi propia devoción,
soy amante de las pisadas leves,
de las caricias tenues, de los labios como flor,
de los ojos de Dios, de la piel tan tersa,
de las palabras densas, del vicio clásico de todo escritor,
de la mujer pues, aunque su ideal me sea infiel.
mi suelo es tan inocuo, ¡hay, este cielo tan francés!
El estrés en mi tez se muere en este café.
¿Mi mujer? Se fue, como la lluvia se fue.
¿Es mejor? Si lo es, estoy mejor,
tanto, como lo estuve en aquel ayer,
pero no ese inmediato, no, ese antes de...
Ellas, siguen siendo solo dos,
soy esclavo de mi propia devoción,
soy amante de las pisadas leves,
de las caricias tenues, de los labios como flor,
de los ojos de Dios, de la piel tan tersa,
de las palabras densas, del vicio clásico de todo escritor,
de la mujer pues, aunque su ideal me sea infiel.
1 comentario:
"Das vuelta por el cuarto lastimando con la ausencia del que dejó recuerdos malheridos en el sillón y mirás como me desperezo de vos en el vapor del mate que dibuja siluetas en mi mañana.
Y te propongo divagar,Desaparezco del mundo,me hago añicos contra la ilusoria realidad de la que tanto alardean ciertos sujetos
y dejo escapar esta desesperación por no encajar en tu descripción de felicidad.
Es una cuestión de perspectivas
esta mañana la perspectiva eras vos.
La lluvia que acaricia la ventana trae tu nombre como gota que se estampa contra el vidrio, y sonrío porque sé que lo hacés con esa intención."
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