No hermano, tu y yo, jamas veremos a una mujer, de la misma manera; tu, las vez de arriba abajo, de izquierda a derecha, tu vez las nalgas, los pechos, la boca; tus deseos artísticos se vuelven animales. Yo, veo su totalidad, la contemplo con humildad, observo los lugares donde ha estado, los caminos que ha andado, las camas donde a dormido, los infiernos y los cielos donde se ha revolcado, los deseos y recuerdos que guarda en el almacén de sus ojos, los sueños que duermen en la hamaca de sus pestañas; mis deseos animales, se vuelven artísticos. Tu, sueñas con tenerla, a mi, me basta con saber que existe, con verla y que me demuestre la existencia de un Dios, para después, dejarla ir, a menos, que su contexto me llame, que su contenido me excite; por que, hay mujeres hermano, que nacieron para su única contemplación, que nacieron Así, perfectas, vírgenes, inmaculadas, obras de arte todas ellas.
1 comentario:
Es todo un poema este. Que chingona manera de ver a la mujer, ¡no podría estar más de acuerdo!
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