ALQUIMIA.

Volverla mi mejor amiga, un café en un parque y esas platica pero sin la costumbre de la retorica. Contarte de mi pasado, de mi y de ellas. Compartir botellas y risas, eternidades sin prisas y sonrisas de verano, invierno pero no de otoño, no de primavera; esos son tiempos extraños y no por hacerte daño pero esperare a que se vuelva flor el retoño, cuando te acostumbres a verme como una lesbiana y tu seas hetero. Te comeré con las ganas tus sueños etéreos entre sabanas y te convertiré en mi novia, te tomare de la mano y la envolveré en mis besos. Nadare en tus ojos, descansare en tus pestañas y seras feliz conmigo sin olvidar que fui tu amigo para que puedas contarme todo y cuando vivamos todo, olvida el modo y fija el resultado, te convertiré en amante y las ganas se volverán llamas en la cama, en la ducha, en el cielo eterno. ¡Cielo, que te quiero! Nube cobijanos en este sueño, te tomare de la cintura para mis clases de vuelo a gran altura, respirare de tu boca por la falta de oxigeno, sin morbo ni la ropa de estorbo, buscar dar placer y convertiste en el otro y el otro en uno, y los dos en uno.
Gritar por la excitación paralela y morir en tu rostro pálido entre gemidos nítidos y vividos, y entonces te convertiré en mi esposa, vestida de blanco, la luna se pondrá celosa, las estrellas solo servirán de adorno y como no tengo nada para dar mas que una libreta que cuenta desde un segundo ficticio hasta mi muerte y su causa, viviremos felices, tan lejos en alguna pradera en una casa de madera con la fogata viéndonos tomar café, con la gélida noche afuera y dentro, nosotros, sin pretextos, solo sueltos, solo atentos al tictoc y su ritmo. Mataremos los domingos con risas de ninfa y chistes malos de escritor, cambiar las depresiones por canciones de amor y entonces, te volveré una estrella y te veré las noches junto a las letras que dibuje en prosopopeya.