Y escuche su risa, nítida, clara, exacta. Fue como si estuviese ahí, a mi lado izquierdo en la silla contigua. Toda mi atención se disperso, perdí la mirada y el hilo de la interesantisima clase del profesor Rábago. Mierda!, en ese momento supe que no se iría, no hoy por lo menos. Tenia que hacer algo, no podía vivir así, habían pasado apenas cuatro horas desde que me despertó con su mirada distante, fría, casi ajena, casi mía; cuatro horas de picazón del corazón e hinchazón del alma, siempre he sabido que compre la talla equivocada y me queda demasiado grande, pero, aun encima de eso, un espíritu, ente o lo que sea ella, eso, la llena y atiborra de lágrimas ensanchándola aun mas, como una esponja, absorbe el dolor, la tristeza, el adiós, adiós que me gustaría hubiese sido definitivo.
Salí del salón, sin dar excusa, sin decir por que, solo salí, y que podía decir?, con su permiso maestro? el fantasma de mi ex-novia no me deja de chingar? Dios! era para perder la cabeza. En cuanto salí del salón, la sentí, pero esta vez no fue gélido y aterrador, fue, hasta cierto punto, una sensacion agradable, aunque claro, aun estaba el malestar general que me causaba saber que estaba a punto de ver a... algo... no físico, no real?
No resistí, se me humedecieron los ojos, me tembló la voz, pero explote.
-Que quieres? que eres? no entiendo, no se que haces aquí, estas muerta? por que me haces esto? tu también te equivocaste, tu también tienes la culpa, no solo yo!
Ella, callada sin decir ni jota.
-Contesta carajo, me vas a volver loco!- continué.
Pero nada, seguía callada. Acaso estaba alucinando?, sin saberlo, la extrañaba tanto que la materializaba en mi imaginación?, estaba apunto de girarme e irme para aclarar mis dudas en el jardín , ya que, en ese estado, era obvio que no podía volver al salón, cuando...
-Tu sabes -dijo, mirándome- tu sabes que es.
-Que?
Le pregunte, mas por la sorpresa de que e verdad hablaba, ya que, en realidad no sabia si si estaba alucinando, que por no entender lo que decía.
-Tu sabes por que estoy aquí, y no me heches la culpa Ricardo, no seas infantil, yo no te voy a volver loco, ya lo estas hace mucho tiempo.
Salí del salón, sin dar excusa, sin decir por que, solo salí, y que podía decir?, con su permiso maestro? el fantasma de mi ex-novia no me deja de chingar? Dios! era para perder la cabeza. En cuanto salí del salón, la sentí, pero esta vez no fue gélido y aterrador, fue, hasta cierto punto, una sensacion agradable, aunque claro, aun estaba el malestar general que me causaba saber que estaba a punto de ver a... algo... no físico, no real?
No resistí, se me humedecieron los ojos, me tembló la voz, pero explote.
-Que quieres? que eres? no entiendo, no se que haces aquí, estas muerta? por que me haces esto? tu también te equivocaste, tu también tienes la culpa, no solo yo!
Ella, callada sin decir ni jota.
-Contesta carajo, me vas a volver loco!- continué.
Pero nada, seguía callada. Acaso estaba alucinando?, sin saberlo, la extrañaba tanto que la materializaba en mi imaginación?, estaba apunto de girarme e irme para aclarar mis dudas en el jardín , ya que, en ese estado, era obvio que no podía volver al salón, cuando...
-Tu sabes -dijo, mirándome- tu sabes que es.
-Que?
Le pregunte, mas por la sorpresa de que e verdad hablaba, ya que, en realidad no sabia si si estaba alucinando, que por no entender lo que decía.
-Tu sabes por que estoy aquí, y no me heches la culpa Ricardo, no seas infantil, yo no te voy a volver loco, ya lo estas hace mucho tiempo.
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