2.09.2009
RETRATO.
Deja de darle vueltas al asunto, dice ella
deja de ponerme nervioso y te cumplo la querella.
En los ojos la luz del sol,
en la sonrisa la de la luna,
trae dos pendientes como estrellas
y un firmamento blanco,
como las sabanas en las que se desangra el cielo,
guarda bajo botones, un secreto con recelo,
o bajo trozos de tela; con sus pliegues libres
de explorar sus comisuras, bordeando su cintura,
terminando abruptamente
en el abismo de su ombligo y su piel desnuda,
hermano, de eso es, que te habla Neruda,
y de improviso, el crepúsculo pudoroso
de unos jeans lo suficientemente arriba,
pero endemoniadamente abajo,
una carretera de tela que cela al paraíso,
y si aumentar la plusvalía es parte de su trabajo,
lo hace magnifico;
alejándose, rumbo al infierno, su par de piernas
de retrato imposible en la simplicidad de este cuaderno,
de fotografía irrevelable para la pluma de este enfermo
y como resbaladilla a lo imposible, sus pies de porcelana,
producto de algún escultor de perfección insana,
incendiando las ganas,
induciendo sin freno a su adoración pagana,
al repudio de un Dios que no puede ofrecer
repetir semejante obra, ni con la sabiduría de todas sus canas,
y yo, humilde instructor de vuelos,
queriendo esconderla bajo las cenizas de mis sabanas.
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