Mi orgullo es un viejo tiburón con
cicatrices como medallas, degollado por un ratón en estado de inanición que no
tenia puta idea de lo que estaba haciendo. Mí estado emocional esta drogado,
inhaló kilos de cocaína y toneladas de marihuana y antidepresivos, las
consecuencias son una tremendísima euforia seguida de larguísimos ratos de
depresiones cercanas a la necesidad del suicidio. Mi autoestima se fue... y
punto. Mi locura engaño al carcelero y termino encerrándolo a él. Me mantengo
viviendo de la imitación de los días anteriores a ese, para no errar demasiado,
no sé cuanto aguante el modo de imitación. Me sé muy peligroso, por eso me
tengo mucho miedo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario